Por: Licenia SALAZAR-IBARGUEN
Agente Pastoral Afrocolombiana de la Arquidiócesis de
Cali
Artículo escrito para el portal “La Voz Católica”.
Mayo 2022
Colombia se muestra ante el mundo desde el año 1991 como un país pluriétnico y multicultural expresado en la Constitución Politica donde se reconocen a los grupos étnicos como parte diferenciada de la sociedad. A partir de allí los pueblos negros, afrocolombianos, raizales y palenqueros se han visibilizado de manera diferente.
La participación de afrocolombianos y afrocolombianas
en política se ha vuelto relevante como antes no se había visto en este país o
bien por el número significativo de fórmulas vicepresidenciales para las
elecciones de mayo 29 de 2022 o bien por la nueva bancada afro constituida por
más de 21 congresistas elegidos el 13 de marzo de este mismo año o bien por la
votación obtenida por Francia Márquez en una de las consultas interpartidistas.
Dentro de las ocho fórmulas vicepresidenciales se
encuentran cinco afrodescendientes, Francia Márquez como fórmula de Gustavo
Petro, Ceferino Mosquera como fórmula del exalcalde de Medellín y exgobernador
de Antioquia Luis Pérez Gutiérrez, Sandra de las Lajas Torres como fórmula del
Pastor Jhon Milton Rodríguez, Luis Gilberto Murillo como fórmula del también
exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia Sergio Fajardo y Marelen
Castillo formula del Ingeniero y exalcalde Bucaramanga Rodolfo Hernández.
Importante esta apuesta política, donde algunos la observan como una manera de
contrarrestar la fuerza que ha alcanzado Francia Márquez, y otros la observan
como una distracción al verdadero objetivo de llevar unas figuras que realmente
representen lo que pudiera hacer un vicepresidente en faltas absolutas en un
determinado momento. ¿Al tener tantas figuras afrodescendientes será que el
voto afro se fracciona? Las opiniones por supuesto están divididas o por
afinidades con las fórmulas vicepresidenciales o por descalificar esta apuesta
politica de los candidatos a la presidencia de Colombia.
Es indiscutible que Francia Márquez se ha convertido
en el fenómeno político más importante en los últimos cincuenta años en
Colombia dentro del espectro de participación que representa un grupo étnico.
Pero imposible no resaltar que en 1998 el chocoano y primer rector de la
Universidad Tecnológica del Choco, Jesús Antonio Lozano Asprilla ha sido el
único afrodescendiente que ha llegado a una primera vuelta presidencial como
candidato dónde obtuvo 11.834 votos siendo la octava votación entre trece.
Después de esta participación de nuestro “Chucho
Lozano”, hablar de Francia Márquez Mina, es hablar de un fenómeno político de
talla mayor, ha logrado tener presencia permanente en el escenario político
nacional e internacional, ha impuesto un estilo que antes no estaba, ha
mostrado coherencia poco vista en contextos políticos, ha enfrentado
la discriminacion racial, social en todas sus formas. Obtener la
tercera votación más alta entre 15 candidaturas en las consultas
interpartidistas, superando a figuras reconocidas como Sergio Fajardo, Enrique
Peñaloza o Alex Char, se constituye en un hecho político relevante
por varias razones, Francia Márquez mujer afrodescendiente,
activista, nacida en la ruralidad o en esa Colombia profunda como la quieren
definir algunos, madre luchadora, estudiante esforzada, mujer que representa
las clases sociales más desfavorecidas en Colombia, convocando no solamente a
las mujeres, jóvenes, grupos étnicos, campesinos, maestros, sino también a
otros grupos históricamente excluidos.
Pasando a la nueva bancada afro debemos resaltar
figuras que se hacen muy visibles por lo que representan, son los cuatro nuevos
congresistas por las Circunscripciones Transitorias Especiales
de Paz, que son las curules definidas en el marco del punto dos de los Acuerdos
de Paz firmados entre el gobierno colombiano y las Farc-EP en noviembre de 2016
con el objetivo de garantizar una mejor integración de zonas especialmente
afectadas por el conflicto en 167 municipios priorizados, de 19 departamentos
donde el abandono y la débil presencia institucional, debería generar una mayor
inclusión y representación política de esas poblaciones, donde también se
espera sea una medida de reparación y de construcción de la paz. Esperamos que
estos representantes de territorios del Choco, Nariño, Valle y Putumayo no sean
inferiores a lo esperado no solo por sus comunidades, sino por la sociedad en
general.
La Bancada afro no solo debe operar en algunos asuntos
comunes, debe operar para beneficio colectivo de lo que representan. Deben
caminar enfocados en sacar adelante los innumerables acuerdos y Planes de
Desarrollo sectoriales que han firmado diferentes gobiernos con los Comités de
Paro Cívico y Gobiernos locales que hasta la fecha han sido incumplidos.
Deberán luchar por Políticas Públicas de largo plazo que representen los
intereses de todos pero siempre priorizando las de personas con menores
posibilidades.
Por último, expresar que desde la Pastoral
Afrocolombiana esperamos ver una Colombia diferente, no solo cuando pasen las
elecciones presidenciales, esperamos ver una Colombia que avance con sus
dificultades, pero con clara decisión de procesos donde el perdón y la
reconciliación sean asuntos de agenda para todos y todas y que los
resultados del nuevo gobierno muestren que las inequidades, la pobreza extrema
y desigualdades sean cosas del pasado. La polarización politica ha impedido ver
una sociedad donde los cambios que se necesitan estén en el marco del respeto
por la diferencia, oportunidades para todos, desarrollos sostenibles y una
profunda defensa de los Derechos Humanos como factor cohesionador de un país
diverso donde no se pueden normalizar flagelos de épocas imposibles de repetir
como los asesinatos por parte de agentes del estado, las masacres, las
desapariciones o los desplazamientos forzados.
Como colombianos y colombianas tenemos derecho a un mejor país, pero solo se logrará con la decisión personal de hacerlo.
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