Por: @LiceniaSalazar
Buenaventura está de moda”, no por la grandeza de su gente, no por lo que representa para la economía del país, tampoco por la deuda histórica que el estado colombiano tiene con este Distrito Especial, Industrial, Portuario, Biodiverso y Eco-turístico (nombre muy grande para lo que realmente hoy es).
Buenaventura está de moda”, no por la grandeza de su gente, no por lo que representa para la economía del país, tampoco por la deuda histórica que el estado colombiano tiene con este Distrito Especial, Industrial, Portuario, Biodiverso y Eco-turístico (nombre muy grande para lo que realmente hoy es).
Está de moda porque al señor alcalde Bartolo Valencia Ramos está inmerso en un escándalo por supuestos malos manejos del sector educativo del municipio. Esta misma situación o peores se han presentado en otras ciudades colombianas, pero todo lo que pasa en Buenaventura se magnifica, no porque sea una de las 20 ciudades más importantes del país, sino porque es un pueblo de negros, un pueblo de pobres, un pueblo sin dirigentes capaces de defender con ahínco lo que nos corresponde, de defender de manera sistemática el apoyo que el gobierno central debería tener con este recóndito lugar, que solo sirve para que unos pocos turistas pasen por la carretera Simón Bolívar derecho a las playas, sin que se toquen del verdadero drama en el que vive la población, solo sirve para que unos pocos empresarios vayan por sus utilidades cada seis meses a la Sociedad Portuaria Regional de Buenaventura, solo sirve para que unos pocos ciudadanos de categoría sin definir se apropien de todo para beneficio personal.
La miseria, la pobreza y sobre todo el MIEDO, hacen parte de la cotidianidad de este pueblo, que tomó la decisión de olvidarlo todo con el propósito de sobrevivir a todo.
Yo no creo en la molestia de periodistas de todas las vertientes ideológicas, que se han dedicado a escribir sobre Buenaventura, no creo en los funcionarios del nivel nacional, que dicen no saber qué hacer con este pueblo donde se han invertido millones y millones de pesos sin que hasta la fecha se visibilicen los avances en infraestructura, en salud, en educación.
Si la plata se ha perdido, esto lo deben conocer las Contralorías, las Procuradurías, los ministerios, Planeación Nacional, porque es imposible ejecutar recursos sin la vigilancia de actores de diferentes entidades quienes tienen las herramientas constitucionales y legales para ejercer inspección, vigilancia y control.
Buenaventura requiere soluciones profundas, requiere de una atención permanente, y requiere que hoy todos aquellos que nos ha correspondido administrar en algún sector, hagamos un alto en el camino y reconozcamos que si nos hemos equivocado, aún es tiempo de resarcir el daño hecho, porque no solo por acción sino por omisión hay responsabilidades. SEAMOS EJEMPLO EN COLOMBIA DE UN VERDADERO PROCESO DE RECONCILIACIÓN DONDE EXISTA: VERDAD, PERDÓN Y NO REPETICIÓN.
Hoy nadie puede tirar la primera piedra, porque de una u otra manera hemos permanecido en la comodidad que otorga el silencio y otros con la frescura que otorga el cinismo. Así como vamos, vamos mal, tan mal que tenemos una horrorosa posición de “municipio fallido”
Nadie más que nosotros podemos hacer algo por Buenaventura, solo nosotros tenemos que ser capaces de identificar los mejores hombres y mujeres que puedan administrar de la mejor manera, con un control social sin miedo, Nadie mejor que nosotros mismos conocemos las necesidades y las soluciones a la problemática actual, que por supuesto es compleja ya que intervienen muchos actores al margen de la ley que combinados con la desidia de funcionarios y dirigentes se llegó al fondo.
Está comprobado que las intervenciones son fatales, solo por mostrar un ejemplo, las intervenciones en salud y educación realizadas por el gobierno nacional en el Departamento del Choco. Por eso considero que este camino no es el mejor.
Para terminar por hoy solo recordar a mi adorado Mandela quien proclamó:
“La pobreza no es natural, es creada por el hombre y puede superarse y erradicarse mediante acciones de los seres humanos. Y erradicar la pobreza no es un acto de caridad, es un acto de justicia”.
“La mayor gloria en la vida no consiste en
no caer, sino en levantarnos cada vez que caemos”.
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